El dolor nervioso es un tipo de dolor que normalmente se debe a una compresión del nervio en algún punto de su recorrido producido por los tejidos o estructuras que tiene alrededor, las cuales le impiden moverse con facilidad y lo comprimen, generando así una obstrucción de la información nerviosa. La sensación que suele tener el paciente es como de calambre a lo largo de la extremidad afectada aunque también pueden sentir afectaciones sentitivas como parestesias, sensaciones de hormigueo o acolchamiento y afectaciones motoras como pérdida de movilidad de una extremidad.
Esto puede ocurrir de muchas formas:
Falta de movilidad de la articulación.
Periodos de encamamiento prolongados.
Situación de coaptación o impactación de la articulación.
Fracturas.
Compresiones nerviosas.
Problemas posturales.
Antes de comenzar el tratamiento es esencial determinar la causa de dicho dolor y de si efectivamente corresponde a un dolor por compresión nerviosa. Esto se consigue por medio de pruebas diagnósticas o test ortopédicos como por ejemplo los test de Adson, Eden y Wright para miembros superiores o el test de Lasegue para miembros inferiores.
En cuanto al tratamiento puede constar de diferentes técnicas como relajación de la musculatura, estiramientos, movilizaciones articulares o movilizaciones neurodinámicas.
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